El lenguaje fotográfico


s/t. Christian Montecinos, 1973.

Como todo lenguaje, el fotográfico tiene un carácter cultural, es un medio de comunicación y puede transformarse en una forma de expresión artística. Se aprende a tomar fotografías ejercitando la capacidad de observación, estudiando e interactuando con la cámara, ensayando y experimentando formas de mirar la realidad. Se aprende también de las mismas fotografías, aquellas cientos o miles de imágenes con las que convivimos día a día. Al igual como ocurre con el lenguaje verbal, el lenguaje de las imágenes se perfecciona a medida que adquirimos conocimientos teóricos y técnicos que permiten al comunicador intencionar los resultados de acuerdo a los objetivos esperados.

En el caso de la fotografía, el conocimiento del manejo de los procedimientos de captura de la luz y la dimensión significativa de sus efectos es esencial, ya que sus principios técnicos y artísticos están basados en su acción, como bien lo indica el origen etimológico del término phòsgraf, grabar con luz.

 

1. Principios técnicos de la fotografía


En el dibujo se pueden apreciar las principales partes de una cámara digital. De su correcta manipulación dependerá el logro de las fotografías esperadas. A continuación explicamos los principios básicos de su funcionamiento.

Son tres los mecanismos principales que regulan el paso de la luz al sensor fotográfico de una cámara. En primer lugar, el diafragma, que es un sistema de laminillas ubicado dentro del objetivo (estructura que lleva los lentes ópticos en su interior) y que regula la cantidad de luz que entra de acuerdo a las variaciones de su abertura, las que se indican con el símbolo f y representan valores de luminosidad. Luego, el obturador, que está ubicado en el cuerpo de la cámara y controla el tiempo de llegada de esa luz al sensor; este fenómeno se conoce como velocidad de obturación (es decir, el tiempo durante el cual el obturador está abierto) y condiciona el tiempo de exposición del sensor a luz. Y por último, la escala de sensibilidad, que es la cantidad de luz que necesita el sensor para captar una foto, es decir, la «sensibilidad a la absorción de la luz».

Al programar una cámara en modo automático, esta entregará una solución estándar para la exposición fotográfica, pero en su modo mecánico es posible explorar otras posibilidades y decidir el efecto deseado. En el siguiente cuadro resumimos los principios básicos para comenzar a explorar los tres factores mencionados, que están interrelacionados matemáticamente. De ellos dependerá una correcta exposición: un exceso de luz genera sobrexposiciones (fotografías demasiado claras), mientras que la falta de luz, genera subexposiciones (fotografías demasiado oscuras).

 
Abertura

Las más comunes son f/1, f/1,4, f/2, f/2,8, f/4, f/5,6, f/8, f/11, f/16, f/22, f/32, f/45, f/64, f/90, f/128, f/180, f/256.

A menor apertura del diafragma (número f alto) = menor luminosidad = mayor profundidad de campo = menor nitidez.

A mayor apertura de diafragma (número f bajo) = mayor luminosidad = menor profundidad de campo = mayor nitidez.

 
Velocidad de obturación

Se expresa en segundos y fracciones; su escala abarca comúnmente desde los 20 segundos a 1/8000 segundo. A mayor velocidad de obturación (es decir, mientras mayor sea la fracción de segundo) = menor tiempo de exposición = menor captura de luz. Por lo tanto, al pasar poca luz por el diafragma, se hace necesario un tiempo de exposición más largo.

A mayor velocidad de obturación = menor tiempo de exposición = menor profundidad de campo.

Es importante considerar que, a mayor velocidad de la toma, mayor es la capacidad de congelar el movimiento de la escena; por el contrario, a menor velocidad, es posible captar el movimiento. Si el objeto que se pretende fotografiar se desplaza a gran velocidad –por ejemplo, un futbolista o un automóvil de carreras–, se recomienda usar velocidades altas (1/500, 1/1000, 1/1500, etc.). Por el contrario, si el objeto no está en movimiento, puede usarse la velocidad que se desee y abrir el diafragma para obtener una mejor definición. En este caso se recomienda usar un trípode (sobretodo a velocidades menores a 1/100).

En la siguiente imagen, mediante el uso de alta velocidad de obturación se logra congelar el movimiento. En esta fotografía Piwonka utilizó: lente 800mm, velocidad 1/8000, apertura f-9. El fondo desenfocado indica una baja profundidad de campo consecuencia del uso del macro-objetivo.

Picaflor. Nicolás Piwonka, 2015.

 
Escala de sensibilidad

Se mide en la escala ISO o escala de sensibilidad fotográfica, la que comúnmente cubre valores de sensibilidad desde los 100 a los 1600. Mientras más luz tenga una escena, menor será el valor ISO necesario. En sus valores más altos se producirá pérdida de nitidez, o ruido, especialmente en zonas oscuras. El ruido vendría a ser como el grano en la fotografía análoga (este tiende a aparecer en sensibilidades mayores dependiendo de la cámara que se utiliza). Es importante tener en consideración que este muchas veces se busca intencionalmente para reforzar mensajes.

 

A menor ISO = mayor nitidez de la imagen = menor ruido en la imagen.

A mayor ISO = menor nitidez de la imagen = mayor ruido en la imagen.

 

En una imagen pueden existir tantos planos como quiera el(la) fotógrafo(a): el objeto principal puede estar destacado en primer plano y el resto de los elementos pueden estar en un segundo, tercer, cuarto plano; pero también se puede destacar en otro plano distinto al primero. La decisión de los planos que vamos a considerar, en cuál de ellos vamos a ubicar a nuestro objeto protagonista y el área que enfocaremos, dependerán del mensaje que queramos transmitir. Para esto es importante conocer cómo funciona cada tipo de objetivo, cuya distancia focal (distancia, en milímetros, que existe entre el sensor de la cámara y el centro óptico de los lentes de los objetivos fotográficos cuando están enfocados al infinito) junto con la distancia de enfoque (distancia del motivo a fotografiar) definirán la profundidad de campo, que es el espacio anterior y posterior del plano enfocado (zona de máxima nitidez).

Los distintos tipos de objetivos se nombran de acuerdo al ángulo de visión que cubren en relación a su distancia focal, la que puede ser fija o variable. De ella depende directamente el ángulo de cobertura de la escena a fotografiar y la profundidad de campo. En el recuadro siguiente explicamos el funcionamiento de los más comunes.

 
Tipos de objetivos más comunes

A menor distancia focal = mayor ángulo de visión = mayor profundidad de campo.
Los objetivos más comunes son:

  • Cortos o normales: pueden abarcar desde los 50 mm a los 55 mm y producen un efecto de visión similar al del ojo, con un ángulo de visión entre 25° y 50°, lo que produce perspectiva sin distorsión.
  • Grandes angulares: abarcan una distancia focal corta, de menos de 50 mm, y poseen, por tanto, un ángulo de visión amplio (entre los 60° y 100°). Por esto, son utilizados para fotos de gran campo.
  • Teleobjetivos: su distancia focal es larga, sobre los 135 mm, abarcando un campo de visión aproximado de 15° a 10°. Esto permite acercar el objeto fotografiado y por tanto capturar objetos desde cerca a larga distancia. Reducen la profundidad de campo produciendo áreas amplias de desenfoque.
  • Ojo de pez: su distancia focal, de entre 8 mm a 15 mm, permite que posean un ángulo de visión incluso mayor a los 180°, superando el ángulo de visión del ojo humano (rango de 80° a -140°), por lo que producen una distorsión que se aprecia en un efecto óptico de curvatura en la imagen.
  • Macro: se realiza para hacer macro-fotografía, es decir, para tomar fotografías de calidad a objetos a muy corta distancia.
  • Zoom: es uno de los objetivos más utilizados ya que tiene un espectro variable amplio de rango focal. Antiguamente, un fotógrafo tenía tres tipos de objetivos; hoy es común reemplazarlos por un zoom que puede abarcar, por ejemplo, desde un gran angular a un teleobjetivo. Se debe tener en cuenta, sin embargo, que mientras mayor sea el rango que abarca, menor será la calidad.

 

2. Elementos de la fotografía


«Una fotografía no se toma, se hace.» (Atribuida a) Ansel Adams

Cada elemento que aparece en una imagen tiene un significado. Por tanto, todo lo que seleccionamos (o no seleccionamos) y cómo lo organizamos influirá en el resultado de la fotografía. Tomar una foto significativa, implica necesariamente una intencionalidad por parte del(la) fotógrafo(a). Es necesario observar con atención, sentirse parte de lo que se fotografía y tomar decisiones: agacharse, mirar, pararse, cambiar los ángulos, captar las luces. La fotografía tiene una vocación reflexiva, pero también requiere de espontaneidad e intuición: en el momento de fotografiar, el(la) fotógrafo(a) debe sentir y dejarse llevar.

Para construir o componer la imagen fotográfica y transmitir aquello que efectivamente deseamos, debemos manejar los siguientes elementos básicos:

a) Encuadre

Es el espacio de captura de una imagen que se fija mediante el objetivo de una cámara. Por medio del encuadre decidimos qué objetos van a aparecer y cuáles desecharemos en nuestra toma. Así, intentamos orientar la atención del espectador hacia un punto u otro, o generar sensaciones puntuales.

El encuadre puede ser horizontal (foto apaisada) o vertical (foto alargada), según la forma en que se coloque la cámara.

b) Composición

Es la forma en que el(la) fotógrafo(a) dispone los objetos y sujetos dentro de un encuadre. Esta operación implica elegir, distribuir y organizar cada elemento que situemos dentro del espacio visual de nuestra fotografía para poder comunicar de la mejor manera posible nuestra visión de lo que queremos capturar.

Para componer una fotografía es necesario, en primer lugar, tener en cuenta la dimensión espacio-temporal de la realidad que involucra este acto. Fotografiar es fragmentar la realidad; no es posible registrar todo lo que vemos y, a medida que el tiempo transcurre, las circunstancias cambian, por lo que, según el instante que escogemos, podemos captar la realidad de distinta forma.

En el visor se eligen los elementos de nuestro interés que dan cuenta del mensaje que pretendemos comunicar, pero dado que componer implica también saber cuál es el momento adecuado para la captura, debemos elegir el momento adecuado para apretar el disparador.

Nenets con sus renos, Península de Yamal, Siberia. Sebastião Salgado, 2011. © Sebastião Salgado/ Amazonas images. Estas dos tomas ilustran distintas maneras de componer a partir de un mismo motivo o tema. ¿Qué elementos habrá variado Salgado entre una fotografía y la otra?*

*Para saber más Salgado, destacado foto-documentalista brasilero, se recomienda ver Las Sal de la Tierra (2014) del director Wim Wenders, 2014. 

c) Sujeto principal

Es el objeto, animal, persona, grupo o situación central que nos interesa fotografiar. Ocupa una posición estratégica dentro de la composición y el encuadre, y en torno a él se ordenan los demás elementos. Puede, por ejemplo, llenar el encuadre completo o por el contrario representar solo un pequeño porcentaje de la superficie del encuadre, pero en ambos casos es el protagonista de la foto. Al acercarnos o alejarnos del sujeto principal varía nuestro punto de vista y podemos incluir o excluir de la imagen otros elementos.

d) Fondo

Es el espacio visual que está detrás o que acompaña al sujeto principal fotografiado. Está íntimamente relacionado con la profundidad de campo que generará distintos planos dentro de la imagen. El sujeto fotografiado puede ser realzado o disminuido por el fondo, por lo que la elección de un fondo adecuado puede fortalecer o debilitar una imagen.

e) Tipos de planos

El plano se refiere a la proporción del motivo retratado en relación con el encuadre y depende de la distancia focal y del enfoque. La mayoría de las clasificaciones refieren a la fotografía de personas, aunque sus principios pueden utilizarse también para la fotografía de animales u otros objetos. Los tipos de planos que se distinguen comúnmente son los siguientes:

  • Plano general: usualmente para mostrar grandes escenarios, como paisajes o multitudes, debido a que proporciona un mayor ángulo de visión.
  • Plano general corto: se sigue utilizando un ángulo de visión amplio, pero se centra en un sujeto específico, restando importancia al entorno.
  • Plano general medio: se reduce aún más el campo de visión; cuando el sujeto principal son personas, capta sus figuras completas.
  • Plano entero: el sujeto principal aparece completo en el encuadre, ajustado a los bordes.
  • Plano medio: el encuadre recorta al sujeto a la altura de la cintura.
  • Plano americano: se caracteriza por recortar al personaje entre la rodilla y la cintura. Tiene su origen en las películas de vaqueros de Estados Unidos, en las que el corte se hacía a la altura de los revólveres para que estos se vieran.
  • Plano medio corto: recoge el cuerpo desde la cabeza hasta la mitad del pecho.
  • Primer plano: se concentra en el rostro y disminuye el conjunto de la escena, eliminando la importancia del fondo.
  • Primerísimo primer plano: el rostro u objeto retratado ocupa todo el cuadro y permite reparar en detalles que, de lo contrario, pasan desapercibidos.
f) Perspectiva

La sensación de perspectiva y profundidad en una fotografía (que solo es bidimensional) está condicionada especialmente por el ángulo de visión de la escena y la posición de la cámara, condiciones que en conjunto generarán distintos puntos de vista respecto a la escena a capturar.

El ángulo más común es el normal, en el que la escena se captura con la cámara paralela al suelo. Al ángulo que mira desde arriba lo que se va a fotografiar se le llama picado y minimiza al sujeto principal. Por el contrario, los ángulos en contra-picado, con la cámara mirando desde abajo en dirección a lo que se va a fotografiar, lo magnifican.

g) Iluminación y color

La luz y el color están interrelacionados y mediante su manejo se pueden acentuar o atenuar ciertos rasgos expresivos. El(la) fotógrafo(a) puede intentar captarlos de la manera más real posible o modificarlos mediante técnicas de exposición fotográfica o maquetación de la escena. No podemos olvidar que la fotografía, a pesar de registrar de manera bastante fiel la realidad, puede captarla de muchas otras formas, de las que las fotos en blanco y negro son un ejemplo clarificador.

La iluminación puede ser natural (el sol) o artificial (flash, ampolletas, velas) y puede provenir de distintos ángulos. La iluminación frontal (cuando la fuente de luz está en o detrás de la cámara) es útil para fijar detalles y para fotografiar grupos numerosos. La iluminación lateral produce sombras que pueden producir efectos dramáticos y misteriosos. La iluminación posterior o contraluz (la fuente de luz está detrás del objeto a fotografiar) es útil para mostrar los detalles de temas translúcidos, como las flores, o para delinear siluetas del objeto fotografiado, que puede quedar en penumbra. La iluminación cenital (cuando la luz está sobre el sujeto) se suele utilizar para planos generales y aporta dramatismo a la escena.


Referencias


 



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